martes, 8 de julio de 2008

Criptonomicón

Waterhouse abre la boca y dice:
-Gxnn bhldh sqrd m!
-¡Eh, amigo! -dice el acompañante de Mary. Waterhouse se vuelve en dirección a la voz. La sonrisa sentimentaloide que tiene colgada en la cara sirve de diana, y el acompañante de Mary la golpea infalible.
[...]-Para nosotros -le explica con una sonrisa-, lo que has dicho no se considera un saludo amable.
-Oh -dice Waterhouse-, entonces, ¿qué he dicho?
-Dijiste que mientras estabas en el molino para presentar una queja por un saco con una costura débil que se abrió el jueves, se te hizo comprender, por el tono de la voz del propietario, que la tía abuela de Mary, una solterona de mala reputación cuando era joven, había contraído una infección de hongos en las uñas de los dedos de los pies.
Se produce un largo silencio. Luego todos hablan simultáneamente. Al final, una voz de mujer se abre paso por entre la cacofonía:
-¡No, no! -Waterhouse la mira; se trata de Mary-. Yo lo que he entendido es que estaba en el pub, y que se encontraba allí para pedir trabajo como cazador de ratas, y que era el perro de mi vecino el que había contraído la rabia.
-Se encontraba en la basílica para pedir confesión... el sacerdote... angina... -grita alguien desde atrás. Luego todos hablan a la vez:
-El muelle... la medio hermana de Mary... lepra... miércoles... quejándose por el ruido excesivo de una fiesta.

Neal Stephenson.

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